¿Cuándo la agricultura es sostenible? Conoce los aspectos determinantes que caracterizan este modelo de agricultura
Isidoro Rodríguez
Agricultura sostenible es una expresión muy utilizada durante los últimos años para referirnos a un modelo de agricultura caracterizado por utilizar prácticas de producción eficientes y respetuosas con el medio ambiente.
Plantación de almendros con cubierta vegetal y sistema de riego por goteo subterráneo
Agricultura sostenible es un concepto que todos entendemos, pero al que estamos tan acostumbrados que a veces carece de verdadero valor si no profundizamos en su significado. Por ello, vamos a recordar a continuación los aspectos clave que deben definir una agricultura realmente sostenible, que no solo suponen beneficios medioambientales, sino también económicos y sociales:
1.- Reducción de la contaminación:
La agricultura sostenible promueve la reducción de la contaminación ambiental al evitar el uso excesivo de fertilizantes e insecticidas y al promover prácticas agrícolas sostenibles, como el uso de abonos orgánicos.
Los equipos de fertiirrigación y los sistemas de monitoreo para anticiparse a las plagas y enfermedades son ejemplos de prácticas que colaboran con la sostenibilidad al reducir la necesidad de uso de químicos contaminantes.
Por otra parte, el empleo de prácticas sostenibles que reducen el consumo energético repercute en una menor emisión de gases de efecto invernadero y en una reducción de la huella de carbono. Los sistemas de riego por goteo subterráneo bien gestionados son otro ejemplo de práctica que requiere un menor consumo energético que los sistemas de riego superficial.
2.- Reducción de la degradación del suelo:
La agricultura sostenible promueve prácticas agrícolas que ayudan a proteger el suelo de la erosión.
El mantenimiento de cubiertas vegetales, las labores conservacionistas y el arado en el mismo sentido que las curvas de nivel, son prácticas que ayudan a reducir la erosión del suelo.
Otra práctica de conservación del suelo es la instalación de sistemas de riego por goteo subterráneo que, al fomentar el desarrollo radicular de las plantas, mejoran la estructura y biología del suelo. Además, la ausencia de humedad superficial contribuye en una menor compactación.
3.- Conservación de la biodiversidad:
La agricultura sostenible fomenta la conservación de la biodiversidad al promover prácticas agrícolas que respeten los ecosistemas naturales, apoyen la vida silvestre y fomenten la diversidad de especies.
La reserva de espacios naturales para la flora y fauna autóctona contribuye a la conservación de las especies.
4.- Ahorro de recursos y mejora de la rentabilidad:
La agricultura sostenible fomenta el uso eficiente de recursos mediante la implantación de tecnología y prácticas que permiten un mejor aprovechamiento del agua, energía y fertilizantes.
Los sistemas de riego por goteo subterráneo, el monitoreo de las instalaciones y la producción de energía renovable son solo tres ejemplos de prácticas que colaboran con la sostenibilidad.
5.- Fomento de la economía local.
Por otra parte, la agricultura sostenible fomenta la economía local al apoyar a los agricultores y a las comunidades rurales. Esto se logra a través del uso de prácticas agrícolas que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas.
Además, los productos de la agricultura sostenible suelen tener una imagen positiva y son muy valorados por los consumidores conscientes del medio ambiente. Esto puede abrir la puerta en ciertos mercados y a crear nuevas oportunidades de negocio, ayudando a fortalecer la economía local.
6.- Mayor seguridad alimentaria.
La agricultura sostenible tiene que velar también por la salud humana, proporcionando alimentos más saludables y seguros para la población, cada vez más sensible y concienciada con la alimentación sana y la protección del medio ambiente.
Otra consecuencia de la agricultura sostenible es la posibilidad de que las comunidades agrícolas mejoren la capacidad de adaptación al cambio climático al fomentar prácticas agrícolas resistentes al clima y capaces de mitigar sus efectos. Esto incluye técnicas como la agricultura de conservación, la agricultura de riego eficiente o el uso de variedades menos exigentes en agua o resistentes a la sequía.
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En conclusión, la idea de "agricultura sostenible" es muy amplia y para que conserve su valor debemos aplicarla teniendo en cuenta todos los aspectos que engloba, incluyendo la protección del medio ambiente, la preservación de los recursos naturales y la mejora de la calidad de vida de las comunidades rurales.
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